lunes, 4 de enero de 2021

Distancia

    Caminando pegado a la orilla del mar, un eco viaja en la bruma que arrastra el viento del norte, se hunden mis pies en la arena mientras alzo la copa y brindo. Es necesario desaparecer cuando sientes que todo te inunda y ya no puedes levantar más el cuello, y la cura que te salvará es la de mimarte y levantar muros entre los que tu tiempo es un privilegio únicamente tuyo. Creo de verdad que los mejores encuentros se producen en soledad, en la que te descubres a tí mismo, te preguntas, te abrazas, te consuelas, te permites ser frágil y romperte. Y en ese acto de egoísmo, es donde sanamos.



    Creo por ello que los momentos de soledad se visten de bondad, porque cuando nos esforzamos por comprendernos a nosotros mismos para erigirnos en nuestra mejor versión, que es la de saber quiénes somos realmente, nos ofrecemos entonces a los demás a pleno rendimiento, sin fisuras, sin esas distancias que tan a menudo levantan muros envueltos en la bruma donde hasta el eco se extingue, donde las palabras mueren, donde las miradas viven perdidas.

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